Equidad y género
Diversidad Sexual

COLEGIO-FUNDACIÓN AGUSTÍN GARCÍA CONDE

Edith B. Rivera Barajas y
Felipe de Jesús Salcedo García

Consejo de cronistas de Tlalpan

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on Pedro García conde, fue padre de Agustín García Conde, quién nació en el centro de la Ciudad de México en agosto de 1862, su capacidad de trabajo le ayudó a hacerse de una basta fortuna, escogió para canalizar su obra de beneficencia al espectro de la educación, sin embargo, no pudo ver cristalizado su nombre y sus ideales por él mismo, pues enfermó y lo sorprendió la muerte. Dispuso en su testamento la fundación de esta institución a la señora Concepción Pardo, viuda de García Conde, ella hizo realidad los sueños de su esposo fundando un asilo para huérfanas en la misma casona donde viviera hasta su muerte. Citada en la calle Morelos y Matamoros de Tlalpan.

 

Imágenes cortesía Colegio García Conde

 

La señora Concepción Pardo mejor conocida como la señora García Conde, nació en 1833-1893 fue una mujer amable caritativa y acaudalada que impulsó un orfanatorio y Escuela para niñas pobres, con ayuda de la Congregación de la Casa Madre en California.

Se tenía previsto que este orfanatorio estuviera solo en Azcapotzalco pero posteriormente buscaron otro predio, el cual fue propiedad de María Guadalupe Becerril Talavera de Espinoza de los Monteros, madre de los famosos boticarios de la farmacia Guadalupana (Del Centro de Tlalpan) donde se preparaban famosas cremas y formulas médicas magistrales de gran calidad, donde habitantes de diversos puntos de la ciudad de México, en la actualidad todavía acuden a la botica.

El primero orfanatorio fue Casa de Santa Rosa Azcapotzalco, que cerró sus puertas en diciembre de 1913, debido a la inestabilidad seguridad y política.

Para el 9 de febrero de 1913 aún no estaba terminado el Orfanatorio-Colegio debido a la inestabilidad política y social debido a la Revolución, por lo que la comunicación que se tenía en esos tiempos era con la Congregación de la Casa Madre en California y debido a ese suceso se suspendió.

Para el 31 de marzo de 1913 se pudo seguir con dicho proyecto, las hermanas de la Congregación Teresa Meyer, Armella Schlickenrieder, Josefina Veloz, Catalina Gutiérrez, Francisca Narváez (Hna. Susana) y Trinidad Alonso (Hna. María de Chantal) abordaron el tren en la Plaza de la Ciudad de México y se trasladaron al sur, a Tlalpan hacia el inmueble de la señora García Conde. A su llegada, las recibió la sobrina de la señora García Conde, llamada María Pascal.

Las hermanas de esta Congregación sabían tocar el piano, escribían a máquina, cantaban e hicieron varias actividades en la casa, como pintar y barnizar para llevar el objetivo del Orfanato.

Para el 6 de mayo ya el Colegio tenía a su cargo niñas para su educación, aún no contaban con muchas camas en los dormitorios, pero se pudo resolver este problema. Para las fiestas de Corpus Christi, ya contaban con un coro de niñas y el himno del colegio.

Durante la etapa zapatista el país se encontraba en una crisis política, social y en varios lugares había disturbios, Tlalpan vivió muy de cerca este movimiento. En el lapso de estos años el Colegio ya contaba en su plantilla escolar con 50 niñas a cargo para su educación y existía temor de alguna intromisión o allanamiento del lugar por este grupo, por lo que siempre se les pedía a las niñas estar al pendiente de alguna evacuación emergente y buscar refugio.

Para el año 1914 era muy latente una invasión zapatista en Tlalpan, se decía que en el mes de julio de ese año sería tomada a sangre y fuego esa zona, por lo que, varias de las hermanas de esa Congregación buscaron un lugar donde refugiarse por un tiempo fuera de demarcación de Tlalpan, tomaron un tranvía para que las llevase tan pronto como les fuera posible. Pero a finales de ese mes se supo que habían expulsado a los zapatistas y por ello regresan al Colegio las hermanas de la Congregación.

Para agosto de 1914 no solo era el pánico a los zapatistas, sino también a los carrancistas, porque había posibilidades de que tomaran la Ciudad de México, por lo que desde el nivel eclesiástico el Padre Domingo les ordenó a las Madres de la Congregación quitarse el hábito, usar ropa de civil y dispersarse en casas por lo menos diez días. El 24 de agosto de ese mismo año las hermanas solicitaron a la Embajada Americana, un certificado de protección como Congregación Americana.

El 27 de agosto entraron los Carrancistas al Colegio, pero la Congregación explico que era una escuela para niñas de bajos recursos, por lo que los Carrancistas no hicieron nada, por el contrario les prometieron que las protegerían de los zapatistas.

En 8 de septiembre se da un encuentro terrible entre Zapatistas y Carrancistas a una milla del Colegio, balaceras y una horrible quemazón de los muertos, en varios pueblos de Tlalpan sucedió y podía verse desde la ventana del Colegio García Conde.

Para 1916 siguieron las revueltas y el Colegio García Conde vivía en inseguridad e incertidumbre, pero aún en un clima de extrema revuelta, lograron educar a las niñas a su cargo.

 

 

Aún en la inestabilidad e inseguridad de aquellos años, la viuda y donataria la señora Concepción Pardo de García Conde creo en 1922 la fundación Asilo Agustín García Conde, en la casa que compro para tal fin ubicada en el barrio de Tlalpan.

En la ciudad de México, el señor García Conde tenía el ideal de darle hogar a aquellas niñas que vagaban por las calles sin hogar, que no tenían recursos, fue ante esta situación tenía la intención era de darles un espacio y poder darles medios necesarios y ayudarlas a salir de la pobreza, hacer de aquellas niñas personas de bien.

Creada por el decreto de 1922, la fundación García Conde tuvo la finalidad de educar a niñas de familias, decentes, desamparadas y huérfanas, proporcionándoles instrucción primaria, secundaria y superior, conforme a los programas oficiales, que estaban en vigor y dentro de la más pura y sana moral, con el objetivo de que las niñas salieran sirvieran de ejemplo a la sociedad con las buenas costumbres y ejemplo

La congregación de Religiosas, administro la fundación hasta el 22 de junio de 1929, en que ya no pudo sostener los gastos inherentes y su funcionamiento.

A la muerte de Concepción Pardo ocupa la presidencia del Patronato su sobrino José I. de la Cueva quien realiza una mala administración y vende los predios dejados para el sostenimiento de la institución.

Por instrucciones de la junta de beneficiencia privada fue entregada a los señores Eduardo Obregón Esquer y Salvador Farías Alvarez como liquidadores de la institución.

La junta de beneficiencia privada, solicito de diversas instituciones de la misma índole, y que tenían objetivos similares, que recibieran el asilo y que continuaran con la labor que había dejado su fundadora. Estas instituciones se negaron a hacerlo, argumentando no tener fondos económicos para continuar con la tarea asignada a la fundación.

En 1939 se declara extinguida la institución por no encontrarse en condiciones con los fines por la cual fue destinada.

Fue así como el primero de abril de 1945, los remanentes de la fundación Asilo Agustín García Conde, pasaron a formar parte del Nacional Monte de Piedad.

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