Equidad y género
Diversidad Sexual

El jueves de Corpus Christie

Carlos Zugasti
Consejo de Cronistas de Tlalpan

El jueves de Corpus Christie es el día de las mulitas

P

areciera ser que el mes de junio careciera de magnas festividades comparadas con las que se celebran en otras épocas del año, pero no es así, ya que es a principios de este mes cuando se celebra la festividad del Santísimo Cuerpo de Cristo, popularmente conocido como el día de las mulitas o el Jueves de Corpus Christie.

       Esta celebración religiosa se convirtió en una fiesta sincrética, es decir mezcla de paganismo y religiosidad católica que, en la ciudad de México, adquirió características peculiares diferentes a la de los países

europeos que le dieron origen.

       Aquí, en esta ciudad de ciudades, entre ellas Tlalpan, se representa simbólicamente con una mulita en sus múltiples representaciones en hojas de tamal, cerámica, barro, tule, adornada con jarritos y cazuelas en miniatura.

       Asimismo, este símbolo contiene doble connotación interpretativa y todavía se obsequia con cierta picardía a todos aquellos que se distinguen por su carácter fuerte y terco, y que en el lenguaje popular se les identifica como mulas.

       Esta celebración y fiesta movible en el calendario festeja también a San Manuel y a todos aquellos que llevan ese nombre.

            __Emanuel y Manuel significan: Dios está en medio de los montes. __

       Esta celebración permite a los hábiles artesanos para que muestren su capacidad creativa elaborando mulitas en miniatura que en algunas ocasiones llevan insertas un alfiler para ser colocadas como adorno en la solapa de saco y blusas.

       El origen religioso de esta celebración se remonta

al siglo décimo tercero, en el que la Monja superiora, del Convento del Monte-Comillón de Lieja en Bélgica, impulsada por su profunda devoción religiosa, quien profesaba excesivo amor a la Sagrada Eucaristía y al no existir en ese entonces una magna celebración decidió iniciarla, solicitó la autorización al Papa, representante de la iglesia católica en Roma, quien en esa época le autorizo e instituyó como una celebración cuyo objetivo principal es recordar que en la sagrada eucaristía se encuentra el cuerpo de Cristo.

       Aquí en México, precisamente en la Catedral Metropolitana quedo establecida esta celebración y es básicamente una fiesta para los niños quienes participan directamente en ella.

       A niños se les viste como se supone lo hacían los infantes indígenas que acudían originalmente con sus padres a las actividades religiosas. Sus atuendos son como la de los indios y son una referencia museográfica y de consideración antropológica, ya que actualmente hay pocas etnias que se visten a la usanza indígena de  la época colonial: para los niños  calzón y camisa de manta con su faja roja tejida, huaraches  y a veces forma parte de su atuendo, sombrero de paja y llevan cargando sobre la espalda un pequeño huacal, para las niñas falda blanca y blusa  con bordados  en punto de cruz, collares de papelillo y chaquira, a ellas se les peina con sus trenzas apretadas  y por supuesto deben portar sobre sus hombros los tradicionales rebozos.

       En el origen de esta festividad se realizaban en la Catedral Metropolitana y se instituyó posteriormente a todas las parroquias e iglesias.

       ¿Por qué se incluye en esta festividad a la mulita? Siempre ha sido motivo de polémicas, de leyendas y de connotaciones bíblicas relacionadas con el pesebre en el que nació Jesús. El romanticismo y la imaginería han creado muchos relatos, derivados del misticismo y de la cultura popular.  

       Las costumbres se hacen leyes, y ha quedado  comprobada ésta,  con la grata afluencia de niños acompañados por sus padres en Tlalpan, quienes acuden  a la parroquia principal y en sus iglesias al igual que en Xochimilco, San Ángel, Santa María Tepepan  y Coyoacán;  hoy en día, a pesar de las restricciones , y el confinamiento ocasionado por la pandemia del COVID 19, aún hay una concentración de niños vestidos de inditos que acuden a sus centros religiosos para participar en la fiesta, cierto,  son pocos, y es obvio que se extrañen a los fotógrafos _los peseteros__ que dan cuenta de la presencia efímera de esos niños, en un ambiente campirano que es testimonio para las fotos  que serán a futuro un recuerdo imborrable de una niñez e inocencia que continua.

Se extraña no ver a los artesanos que en la entrada de la parroquia colocaban sus cajones y trenzaban sus palmas o con las hojas del maíz para elaborar esas bellas muestras de trabajo  

       Muchos apoyan para que esta antigua costumbre en proceso de extinción se conserve y es obvio ver y escuchar al sacerdote o párroco en automóvil o en la camioneta que lleva flores, mientras a través del altavoz trasmite las oraciones o el mensaje religioso recorriendo calles y espacios que forman parte del discreto encanto de Tlalpan, que se aferra a sus costumbres tratando de conservar las tradiciones que día a día parecen perderse en las memorias del tiempo.

 

El jueves de Corpus Christie es el día de las mulitas
El abuelo con sus nietas en su visita en la Catedral Metropolitana
Las mulitas miniaturas para la solapa
El sacerdote de la Parroquia de San Agustín de las Cuevas, recorriendo el Barrio de Niño Jesús, transmitiendo oraciones y mostrando el Santísimo a los feligreses que se asomaban por ventanas.
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