Equidad y género
Diversidad Sexual

Julio es el mes de preparación y de cambios, agosto es el mes de la fiesta.

Carlos Zugasti
Consejo de Cronistas de Tlalpan

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J

ulio es el séptimo mes del calendario romano, impuesto en el nuevo mundo y debe al emperador Julio César, quien decidió que su mes tuviese un día más para cobrar más impuestos. El calendario que nos rige se ha ido modificado a lo largo de los tiempos, todavía en la actualidad se modifican los horarios, se adelantan o retrasan los relojes para indicarnos el transcurso del día, como un fenómeno de la globalización.

         Nosotros por sinergia seguimos midiendo el tiempo, aunque nos hemos olvidado de los ciclos agrícolas y ahora nos hemos integrado a los ciclos industriales, administrativos y políticos.

         Nuestro reloj de hoy nos marca el de la tecnología y es el que se atiende en las escuelas, los comercios, las oficinas y hasta las quincenas.

         Antiguamente nos regíamos por el ciclo agrícola y el de la temporada de lluvias que se iniciaba regularmente el día 24 de julio, día que se conmemoraba a San Juan, en esta temporada se adelantaron las lluvias y hoy están en su apogeo en las tardes y noches o en las madrugadas las lluvias que marcan el compás de nuestras actividades y el tiempo parecen transcurrir con lentitud.

         Julio es un mes de pocas festividades y desde la edad media se definió como un mes para trabajar,

         Así es en este Tlalpan y el reloj interno de nuestra comunidad  parece impulsarnos para el trabajo y sobre todo para la preparación de otras condiciones que afectan a nuestra comunidad como lo son el cambio político- administrativo de nuestra alcaldía, la inminencia de estos cambios abrumo a numerosos  grupos de la población  que sistemáticamente  se resisten en  afrontar los nuevos modelos  que la sinergia  señala, por otra parte nos decepciona observar cómo surge la apatía  y la conformidad ante los sucesos

         Vemos con cierto desdén las mejoras de las recientes mejoras realizadas, por la administración que concluye, observamos tanto mejoras como deficiencias, pero estas últimas, no intervenimos para mencionarlas ni emitimos propuestas para resolverlas.

         ¿¡Para qué?… sí se supone que hay personas que fueron designadas para realizar los trabajos públicos y a ellos culpamos de los desaciertos. Desaparecieron las tribunas ciudadanas de inconformidad y se acrecienta la apatía.

         Tanto aciertos como inconformidades se quedan, como se decía antes en el tintero, hoy mencionamos que todo proyecto se ahoga en el ordenador, se caen los sistemas o la memoria de la computadora se satura.

         Los comentaristas de esto dicen que saben mucho, nos atosigan en programas televisivos de debate, discusión o de análisis y se convierten en profetas y nos informan que pronto surgirá un nuevo equilibrio, que resguardará a las comunidades de los efectos del cambio producido, que continuará como manecilla de reloj marcando los sucesos en el espejo del tiempo.

         Así es en  toda la ciudad y así es Tlalpan y el reloj interno de nuestro espacio parece impulsarnos para el trabajo y los preparativos no obstante el confinamiento nos preparamos para el otoño e invierno y por supuesto muchas de las comunidades fieles a sus costumbres y tradiciones  preparan ya las actividades   para conmemorar las fiestas religiosas y sincréticas que se llevan a cabo para el Santo Patrono San Agustín de las Cuevas, creyentes, legos, agnósticos y fanáticos conjuntaran esfuerzos para planear los festejos, más que por la justificación religiosa encausan sus actividades para mostrar durante el mes de agosto a vecinos y visitantes distintas actividades reflejo de sus costumbres: en los pueblos del Ajusco preparan los estandartes de los santos de su devoción  para las procesiones hacia la parroquia, otros reúnen dinero para los cohetones, para el convivio, para la ofrenda floral, para los músicos danzantes y comida para los  invitados, muchos se preparan para la verbena,  esa que agoniza a favor de la contemporaneidad, al final de los convivios visitantes,  parientes y amigos regresaran a sus casas  en donde los espíritus de sus antepasados los vigilan y protegen ante la desventura y la desesperanza.

         Porque además de la pandemia y los cambios no importan las vicisitudes, la vida como la salida del sol continua.      

Siempre hay tiempo para escuchar la banda de música

La Alcaldía de Tlalpan, después de su remodelación

Parque Deportivo Morelos, recién pintado

Por sinergia seguimos midiendo el tiempo

Después del descenso de la Curva de la Pandemia, el llamado a la fiesta

Muchas de las Parroquias de Tlalpan se remodelaron.

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