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Hace algunas semanas tenía muchas ganas de aventuras y de un poco de aire fresco, no lo pensé más, tomé mi motocicleta y decidí conducir hasta el sur de la ciudad, pero antes pasé por mi novia para que pudiera acompañarme, le dije “Súbete a mi moto…y vamos al Ajusco”.
El Parque Nacional Cumbres del Ajusco es un área protegida y una de las elevaciones que se alcanzan a apreciar desde casi cualquier punto de la ciudad, pues supera los 3,900 metros de altura.
La mejor forma de llegar es tomando la carretera federal a Cuernavaca, y después agarrar el Camino Antiguo al Ajusco, pasando por algunos pueblos originarios de Tlalpan. Nosotros nos detuvimos a desayunar en una fondita del pueblo de San Miguel Ajusco.
Puedes saber que ya llegaste al parque cuando el aire fresco y el olor a pino se vuelve cada mas fuerte, la temperatura también empieza a aumentar así que te recomiendo ir bien abrigado.
El Parque abarca alrededor de 920 hectáreas de vegetación donde predominan los bosques de pino y oyamel. Si tienes suerte puede que te encuentres algunos animales como el teporingo, tlacuaches, musarañas, algún coyote, zorrillo o gato montés. Eso sí tienes mucha suerte.
Además de poder practicar turismo de naturaleza puedes hacer otras actividades como: gotcha, alpinismo, motocross, renta de cuatrimotos, bicicleta de montaña o simplemente ir a comer en alguno de los establecimientos que por ahí se encuentran.
Este fue un día muy agradable, donde pudimos convivir con la naturaleza y llenar nuestros pulmones de oxigeno fresco. Sin duda volveré a regresar. Así que ya sabes, toma tu moto, auto o bicicleta y ¡rodemos al Ajusco!.
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