Escuela Militar de Aspirantes en Tlalpan y su participación en la Decena Trágica

Por el cronista Felipe de Jesús Salcedo García, miembro de la Comisión de memoria Tlalpan. Colaboración de Edith Berenice Rivera Barajas, miembro de la Comisión de memoria Tlalpan

La Escuela Militar de Aspirantes en Tlalpan estaba ubicada sobre avenida San Fernando y calle Sabino en la entrada a la iglesia de San Pedrito, en el barrio originario de San Fernando. Esta escuela fue inaugurada bajo el decreto presidencial en 1904.

El Mayor de caballería Miguel Ruelas le propuso al Subsecretario de Guerra y de Marina, el General Rosalino Martínez, la necesidad de formar oficiales subalternos para el servicio de las filas, ya que para 1904 había más de 1000 vacantes en marina e infantería y caballería, y no se encontraban capaces de llenarlas porque carecían de la instrucción militar y del conocimiento necesario para educar a sus soldados.

El Mayor Miguel Ruelas decía:

“Es preciso crear al soldado, mejorar sus costumbres enalteciendo su profesión de manera que comprenda el principio de autoridad y obediencia, instruyéndolo en todo lo relacionado en su papel de unidad y su representación colectiva ante el gobierno y la sociedad de su país”.

Y para tal objetivo propuso la creación de un plantel exclusivamente destinado a formar oficiales mediante un método práctico, es decir, que en un tiempo relativamente corto, enseñando las materias básicas y dando el adecuado entrenamiento físico, saliese como oficial de filas.

La Cámara de Diputados lo aprobó el 18 de noviembre de 1904 y lo envía al Senado el 23 del mismo mes, donde fue aprobado el 7 de diciembre del mismo año. El decreto fue publicado del 12 al 13 de diciembre de 1904, siendo entonces el decreto número 307 aprobado por el presidente Porfirio Díaz.

En el artículo primero del decreto se menciona la creación de la escuela con el nombre de: Escuela Militar de Aspirantes, que tiene por objeto formar oficiales para los cuerpos de infantería, caballería y artillería. Y en el artículo transitorio la Escuela queda establecida el 01 de enero de 1905.

Para la Escuela Militar de Aspirantes se autorizó un presupuesto de $52,455.55, cantidad con la que el nuevo plantel se sontendría por los meses de enero a junio de 1905. Asimismo, se procedió a adquirir el edificio constituido por 20 hectáreas que pertenecieron a la fábrica de San Fernando en Tlalpan.

Para el 28 de enero de 1905 llegaron a la Escuela Militar los primeros aspirantes. El inmueble tenía en su fachada el nombre de Escuela Militar para aspirantes de Tlalpan, cuyo material estaba constituida por medallas y condecoraciones de soldados que habían luchado contra la intervención francesa y se habían fundido para tal fin. Estas medallas fueron recogidas a la muerte de sus dueños, quienes las ganaron en las épicas lides de nuestra segunda independencia.

La Secretaría de Guerra y Marina procedió a ordenar al Mayor de caballería Miguel Ruelas (fundador y comandante de la Escuela), dispusiera todo para inaugurar el 29 de enero y empezar las clases al día siguiente.

Los aspirantes elegidos recibieron uniformes de diario, ropa y calzado, además de ser canalizados a la sección de Infantería, Caballería o Artillería que les correspondía. Se les dio una corta instrucción militar referente a la posición de soldado y el saludo. De igual forma, en representación del Presidente de la República, el Secretario de Guerra y Marina, junto con altas autoridades militares y otras personalidades, fueron invitadas a la presentación de la escuela para dar fe a su inauguración.

El magistrado de la corte militar, Licenciado Luis Velasco Ruz, expuso en su discurso los motivos de la fundación de la escuela. Asimismo, el teniente coronel de artillería Felipe Ángeles habló de las necesidades de establecer la escuela y de su coexistencia con el Colegio Militar, y el poeta Juan de Dios Peza en sonoros versos habló de la utilidad de la ciencia militar en los ejércitos modernos y cantó la alabanza de la nueva institución.

Transcurren así los años, promociones de oficiales van a las filas a los diferentes cuerpos militares del país. Años después ocurren sucesos ajenos al plantel en el ámbito nacional. Formado el Partido Antirreeleccionista y aproximándose las elecciones se reunieron los principales miembros en una magna asamblea en el Trívoli del Elíseo el 13 de abril de 1910, los cuales lanzaron la candidatura de Francisco I. Madero como Presidente y al doctor Francisco Vázquez Gómez para vicepresidente, después de lo cual se organizó una manifestación reprobando el continuismo político que duraba ya 30 años.

El 9 de febrero de 1913, los generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruíz se sublevaron contra el gobierno al primer Regimiento de Caballería que a las órdenes del coronel Anaya tenía su cuartel en Tacubaya. De ahí marcharon a la penitenciaría en donde liberaron al General Félix Díaz. Reunidos así Mondragón, Ruíz Reyes y Díaz, se dirigieron a Palacio Nacional.

En el momento en que los generales Mondragón y Ruíz se encontraban en Tacubaya, en Tlalpan varios jefes y Oficiales de la Escuela Militar de Aspirantes también se revelaron y engañaron a los alumnos, los hicieron subir a los tranvías cuya estación se ubicaba en lo que es actualmente la calle Madero y San Fernando, colonia Tlalpan Centro, que iban hacia el centro de la Ciudad de México.

Ya en este lugar se posesionaron de la catedral y del Palacio Nacional sin mayor resistencia, pues estando en antecedentes el General Lauro Villar, comandante militar de la plaza, dio instrucciones al Teniente Zurita quien tenía a su mando la guardia para que así lo hiciera. Otro punto que también tomaron los aspirantes de la Escuela Militar de Tlalpan fue el edificio comercial llamado “La Colmena” situado en la contra esquina del Palacio Nacional.

El General Lauro Villar, con una fracción del 24 Batallón, tomó prisioneros a los aspirantes que allí se encontraban y esperó la llegada de los sublevados tomando prisionero desde luego al General Ruíz. La Plaza de la Constitución estaba llena de curiosos que esperaban ser testigos de los acontecimientos, sin embargo, se calcula que en la media hora que duró el tiroteo resultaron muertos no menos de 500 personas de todas las edades, sexos y condiciones. Los rebeldes abandonaron el sitio de Palacio Nacional y se dirigieron a atacar la Ciudadela.

Esa misma mañana fueron fusilados en Palacio el General Gregorio Ruiz y un grupo de aspirantes. Por haber resultado herido el General Villar, el martes 11 fue nombrado en su lugar el General Huerta, comandante militar de la plaza.

Iniciada así la decena trágica, los miembros del Senado se reúnen para discutir los sucesos y desde luego culpan al General Huerta, pues no pudieron explicarse las causas por las que haya permitido rebelarse a las fuerzas de Tacubaya, ni se les haya detenido en el camino en este lugar a Tlatelolco, de ahí a la penitenciaría y después al Palacio. A nadie se le ocurre perseguir a las fuerzas que se organizan y marchan a la Ciudadela, la cual ocupan 5 horas después de la acción en Palacio.

Tiempo después el General Huerta se pone al frente de la mayor parte del ejército federal porfiriano y de acuerdo con Félix Díaz mandan detener a Madero y a Pino Suárez, después de que estos fueron obligados a renunciar sus respectivos cargos.

Por ministerio de ley fue declarado Presidente el Licenciado Pedro Lascurain que era Secretario de Relaciones Exteriores, el Licenciado Lascurain inmediatamente nombra al General Huerta Secretario de Gobernación y minutos después renuncia el Licenciado Lascurain. Se aceptó su renuncia y de inmediato se nombra Presidente de la República a Victoriano Huerta.

La noche del 22 de febrero de 1913, Madero y Pino Suárez fueron sacados de su prisión en Palacio y conducidos a un costado de la penitenciaría en donde fueron sacrificados. El día 03 de julio de 1913 el General Victoriano Huerta, por decreto, hace constar la desaparición de la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan, quedando suprimida.

La Secretaría de Guerra expedirá los reglamentos necesarios para ponerlos en práctica, quedando facultada para invertir en los 3 Colegios Militares las partidas que asigna el presupuesto de egresos vigente a la Escuela Militar de Aspirantes, al Colegio Militar y a la Escuela de Tiro, en el concepto de que esta última cesará como escuela especial y quedará anexa a la Escuela Militar profesional. En el decreto también se menciona que los actuales alumnos de la Escuela Militar de Aspirantes pasarán desde luego en calidad de cadetes a los cuerpos de arma en que hubiesen sido admitidos.

Y es así como el decreto emitido y firmado por Victoriano Huerta pone fin a las actividades de la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan, un lugar con gran relevancia histórica por su participación en la Decena Trágica. Actualmente este sitio se convirtió en almacenes del ISSTE, bodegas y cuenta con un deportivo de la misma institución.